Esta transformación del mundo del voluntariado exigía una nueva reglamentación que sustituyera a la de 1994 y que diera respuesta a las necesidades actuales. La Ley de Voluntariado se aprobó el pasado mes de octubre y, entre otras novedades, favorece que pueda promoverse no sólo en el Tercer Sector, sino en otros ámbitos como son las empresas, las universidades o las propias Administraciones públicas.

Asimismo, se valoran y reconocen  nuevas formas de voluntariado  como las que se traducen en la realización de acciones concretas y por un lapso de tiempo determinado, sin integrarse en programas globales o a largo plazo o las que se llevan a cabo por voluntarios a través de las tecnologías de la información y comunicación y que no requieran la presencia física de los voluntarios en las entidades de voluntariado.

El mundo empresarial ha acogido positivamente la norma de forma global. “Consideramos fundamental que exista un impulso del voluntariado de forma conjunta entre el ámbito privado y el público, para favorecer el asentamiento de canales de aprendizaje y actuación que beneficien el desarrollo e implantación de este tipo de acciones.

En este caso, que la regulación identifique principios, derechos y obligaciones de los voluntarios, ámbitos de actuación y compatibilidades de la acción voluntaria, entre otros aspectos, constituye un paso determinante para establecer un marco de actuación común”, señala Alberto Cabellos, Director de Gobierno Personas, Organización & Cultura de Gas Natural Fenosa. Desde Unilever también se muestran favorables: “Creemos que favorecerá actuaciones impulsadas por diferentes entidades que se focalizan en un objetivo común, el voluntariado transversal, más allá de la empresa y mejorará las relaciones con otras organizaciones”, manifiesta Ana Palencia, directora de Comunicación y RSE de la compañía.

La Ley estipula que  la administración favorecerá a los trabajadores que adapten o reduzcan su jornada para la ejecución de actividades de voluntariado, un aspecto que ha sido bien recibido. “Aunque dentro de la compañía contamos con iniciativas que permiten a nuestros empleados destinar parte de su jornada laboral a tareas de voluntariado, es beneficioso para todos que oficialmente se favorezca que los trabajadores puedan adaptar o reducir su jornada con esta finalidad”, comenta Griselda Serra, Directora de Recursos Humanos de Henkel Ibérica.

Asimismo, recomienda la introducción de un sistema objetivo de reconocimiento de las competencias adquiridas por el voluntario. “Este aspecto nos parece muy interesante porque reconoce estas habilidades y le otorga un valor al desarrollo profesional y personal que produce la participación en actividades de voluntariado”, afirman desde Santalucia.

Fuente corresponsables

Ver noticia completa aquí