Uno de los cambios recientes que los líderes empresariales seguirán viendo en 2017 es la forma en que la demanda de los consumidores está transformando rápidamente la tecnología que usamos.

Este ritmo de cambio es bueno para la innovación, pero puede alimentar el descontento por la globalización, ya que agrava el sentimiento creciente entre muchas personas de que se las deja atrás. Por ejemplo, un estudio reciente reveló que casi la mitad de los ciudadanos de la Unión Europea ven la globalización como una amenaza.

En 2017, el tema es el liderazgo receptivo y responsable. Creo que un enfoque de liderazgo que abarque estos elementos es crucial para asegurar que se construyen organizaciones flexibles y adaptables que alivien los temores ante la globalización. De hecho, si pudiera recomendar un buen propósito de año nuevo a los líderes empresariales y gubernamentales, sería adoptar cada decisión con un liderazgo receptivo y responsable en mente.

Desde mi posición en CA Technologies, veo la globalización en acción todos los días, y ésta comienza y termina con una cosa: los usuarios finales, que pueden ser consumidores o usuarios de las empresas (de hecho, muchas personas pueden desempeñar uno u otro papel en diferentes momentos). Los usuarios finales son los impulsores del cambio; su consumo genera la necesidad de una tecnología más rápida y eficiente, por lo que la tecnología sigue cambiando para adaptarse a sus necesidades. Y el ciclo continúa.

CONSTRUIDO PARA CAMBIAR

Como cualquier profesional orientado al cliente le dirá, el cliente siempre tiene la razón. Esto significa que cuando los clientes esperan un cambio rápido, las empresas deben ofrecerlo. ¿Cómo? Estando construidas para cambiar. Este fue el tema del discurso inaugural del CEO de CA, Mike Gregoire, en CA World en noviembre. Las empresas deben ser capaces de cambiar para reflejar las necesidades y expectativas en evolución de los clientes, tanto en términos de respuesta, para aprovechar nuevas oportunidades, como de responsabilidad, para adaptarse, por ejemplo, a una nueva legislación.

Sin embargo, adoptar el enfoque de estar construido para cambiar tiene consecuencias. Requiere más de ciertas habilidades, y menos de otras. Los consumidores que influyen en las empresas para cambiar también son trabajadores, por lo que en última instancia sus demandas están afectando al futuro de su propio trabajo y de sus puestos de trabajo. Llamo a esto el vórtice de la economía de aplicaciones.

Fuente Expansión

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